Hace un tiempo, realizando reformas a mi jardín, buscaba una manera de proteger y estilizar la madera de una forma más económica que haciendo uso de los barnices comerciales. Y entre las opciones que se me presentaron, hubo una técnica japonesa con una enorme cantidad de beneficios que llamó especialmente mi atención: El Shou Sugi Ban (焼杉板).
Este término conocido internacionalmente se traduce como “Tablas de cedro quemadas”, aunque en Japón se suele utilizar más el término Yakisugi (焼杉 – “Cedro quemado”). Ambos describen a la perfección el punto central de la técnica: Quemar de manera controlada la madera para brindarle mejoras estéticas, físicas y químicas.
Orígenes e historia del Shou Sugi Ban / Yakisugi
La técnica del Shou Sugi Ban se originó en Japón durante el siglo XVIII (en la era Tokugawa) como una respuesta a las necesidades de construcción de una sociedad que estaba en constante contacto con la humedad, la lluvia, los insectos y el fuego.
Aunque no hay información disponible sobre el origen preciso de la técnica, se cree que partió del conocimiento empírico de campesinos y pescadores de las zonas costeras que se dieron cuenta que la madera previamente carbonizada era dotada de una mayor resistencia mecánica y química, a la humedad, a los hongos, a los insectos xilófagos y paradójicamente: a los incendios.
Se utilizó originalmente por sus beneficios prácticos en tejados y fachadas, donde la protección a las condiciones climáticas eran cruciales, y posteriormente la técnica se fue refinando para resaltar la belleza natural de las vetas del cedro japonés.
¿Cómo se realiza el Shou Sugi Ban / Yakisugi?
El proceso para realizarlo es muy simple, el cual consta de lo siguiente:
- Se debe quemar la capa exterior de la madera, para lo cual podemos utilizar un soplete que iremos regulando de tal manera que el carbonizado de la superficie quede uniforme, evitando que esta quede encendida o que se carbonice a tal grado de que se pierda la veta natural. Una velocidad de aproximadamente 5cm de recorrido por segundo suele bastar.
- Una vez carbonizada de manera uniforme, se debe cepillar la pieza para remover las cenizas sueltas y la escoria subproducto del proceso.
- En el tercer paso, debemos lavar con agua y jabón la pieza para que se termine de desprender todas las partículas sueltas.
- Una vez haya secado después del lavado, aplicaremos la protección de un aceite natural como puede ser de teca o de linaza.

Beneficios sobre la madera del Shou Sugi Ban / Yakisugi
La carbonización controlada crea una capa superficial en la madera que confiere múltiples beneficios, tanto físicos como químicos y estéticos.
Durabilidad: La madera adquiere una mayor resistencia mecánica y protección a las condiciones ambientales, alargando la vida útil de la pieza tratada a décadas o incluso siglos. Algunos objetos tratados con esta técnica durante la era Tokugawa permanecen en excelentes condiciones de conservación hoy en día.
Resistencia Natural: La capa carbonizada evita que los insectos xilófagos (que se alimentan de madera) desgasten la pieza. Además, al perder gran parte de la propiedad natural de la madera de absorber humedad, se vuelve resistente a los hongos, evita la putrefacción y los cambios de volumen por absorción de agua. Así mismo, al carbonizar previamente la madera provocamos mediante la pirólisis una pérdida de oxígeno e hidrógeno que la hacen perder sus propiedades inflamables.
Belleza estética: Si la técnica se realiza adecuadamente se puede lograr una amplia gama de tonalidades y resaltar la veta natural de la madera, consiguiendo un resultado estético equivalente a los barnices sin necesidad de recurrir a estos segundos.
Sostenibilidad ambiental y notable ahorro económico: El proceso prescinde de muchos de los químicos que se utilizan actualmente para embellecer y proteger la madera, lo cual lo vuelve una alternativa con menor impacto ambiental, pero a la vez una opción mucho más económica que las conseguidas con técnicas y productos contemporáneos.
En definitiva, el Shou Sugi Ban / Yakisugi es una técnica que ofrece múltiples beneficios con prácticamente cero desventajas, en especial en piezas de madera que van a estar expuestas en exteriores. Y en mi opinión particular, el terminado estético que se puede lograr tiene una belleza verdaderamente excepcional.